La devastación de una guerra Una breves notas a título indicativo: Ciento ochenta y-tres ciudades, pueblos y aldeas destruidas. Dos de cada tres vagones de pasajeros, uno de cada cinco de mercancías y una de cada cuatro locomotoras eran madera y chatarra. Cien- tos de kilómetros de vías férreas y docenas de estaciones, no existían prácticamente. Por todas partes, se dejaba sentir la más horren- da devastación. Los campos de batalla estaban todos baldíos, algunos de ellos ocultando peligrosos explosivos sin estallar. Centenares de puentes ha- bian sido volados y gran número de carreteras no tenían de tales más que el nombre. Los muelles del puerto de Barcelona habían sido dinamitados y lo mismo ocurría en otras ciudades marítimas. Mientras duró la guerra, en la zona nacional se vivió en la abundancia. Con la victoria, los centros de producción no eran suficientes en ningún aspec- to y el fantasma del hambre se abatió sobre el país. Juan Alarcon Benito, Perumen político de la paz de France, 1 de abom / de 1939 20 de noviembre de 1977




ont me demande l'idée générale du texte, le titre, Les différents partis du teste et la source et la date de publication
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