Je dois imaginer par écrit un dialogue en 10 répliques en espagnol entre un espagnol et un indien lors de la première rencontre sur l'ile de Guanahani.
Los españoles llegaron a la tierra, pero una misteriosa figura se aventuró más allá de lo que debía. Se encontró con un nativo hostil.
- ¿Qué estáis haciendo en nuestra tierra ? dijo, sorprendido por el desconocido.
- Estas tierras pronto nos pertenecerán.
- ¿Quién eres tú para hablar así de algo que no te pertenece ? Un orgulloso español diría yo.
- Dígale a su gente que huya, porque todos serán masacrados si no se rinden.
- Bueno, pero mi pueblo no busca la guerra, mi pueblo pide la paz sin empezar por la afrenta, dijo el nativo con calma.
- ¡Silencio!
Gritó el español, furioso ante tal insolencia.
- Vosotros, los salvajes, no sabéis nada de educación ni de buenos modales. Sólo la guerra puede calmar sus corazones, gracias. Habrás muerto con dignidad.
- Vendes a mi pueblo como si fuera tuyo, proclamas como tuya una tierra desconocida y obligas a sus benefactores a abandonar su nido. ¿Y te atreves a creerte digno de educación?
- ¡Basta!
El español tomó su arma y ahuyentó al nativo con un machete.
- ¡Que tu codicia sea destruida! dijo el nativo mientras huía sufriendo los golpes.
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Réponse : Voici ce que j'ai imaginé pour vous :
Explications :
Los españoles llegaron a la tierra, pero una misteriosa figura se aventuró más allá de lo que debía. Se encontró con un nativo hostil.
- ¿Qué estáis haciendo en nuestra tierra ? dijo, sorprendido por el desconocido.
- Estas tierras pronto nos pertenecerán.
- ¿Quién eres tú para hablar así de algo que no te pertenece ? Un orgulloso español diría yo.
- Dígale a su gente que huya, porque todos serán masacrados si no se rinden.
- Bueno, pero mi pueblo no busca la guerra, mi pueblo pide la paz sin empezar por la afrenta, dijo el nativo con calma.
- ¡Silencio!
Gritó el español, furioso ante tal insolencia.
- Vosotros, los salvajes, no sabéis nada de educación ni de buenos modales. Sólo la guerra puede calmar sus corazones, gracias. Habrás muerto con dignidad.
- Vendes a mi pueblo como si fuera tuyo, proclamas como tuya una tierra desconocida y obligas a sus benefactores a abandonar su nido. ¿Y te atreves a creerte digno de educación?
- ¡Basta!
El español tomó su arma y ahuyentó al nativo con un machete.
- ¡Que tu codicia sea destruida! dijo el nativo mientras huía sufriendo los golpes.